Colgado del cielo

Al paramotor llegue casi por casualidad. Había hecho un curso de parapente pero no me convencía la absoluta dependencia que se tiene del viento. Muchas jornadas recorriendo muchos kilómetros para no poder volar y volver con el cansancio y la frustración de saber que una semana más iba a estar sin volar. En el paramotor descubrí una forma cómoda y eficaz de levantar los pies del suelo, de colgarme en el inmenso azul con la vida desplegada debajo de mí como los naipes sobre el tapete.
El parafun me brindó la oportunidad de tener las mejores compañeras de vuelo, las aves. Volar junto a un ánsar es otra forma de volar. Es sentir que, por encima de especies, en el aire podemos ser compañeros. El cortometraje documental El vuelo del ánsar supuso un salto cualitativo en el placer que me proporcionaba mi afición por el vuelo, ahora lo podía compartir con los demás. Una deliciosa historia de Leandro Castro, con la sugerente voz de Juan Carlos Rivero y la grandiosa música de Iván Martínez Pernía.